Festival de cine de Las Palmas 2018 – Sugerencias

9 abril 2018

Cartel FICLPGC 2018.jpg

La 18ª edición del Festival Internacional de cine de Las Palmas de Gran Canaria comenzó este viernes su andadura arrastrando una polémica sobre los pagos pendientes de ediciones anteriores, entre ellos el de la Asociación de cine Vértigo, que ha provocado la ausencia de sus miembros en el ecosistema festivalero en los dieciocho años de vida del Festival. No obstante, concurre a su cita primaveral, solapándose en su tramo final con el de Málaga, con un programa repleto de citas, que incluye más de doscientas sesiones.

A fábrica de nada

El Festival sigue incrementando paulatinamente su presupuesto, pero sin abandonar la senda marcada durante los años de austeridad, intentando infructuosamente convertirse en un reclamo turístico para cruceristas (“genera a su alrededor un animador (¡!) ambiente en el tránsito del público hacia las salas») y nómadas digitales foráneos (publicitando sus contenidos como «cine independiente, exótico y alternativo en el que no es raro encontrar ciclos dedicados a la revisión de las figuras más iconoclastas de Hollywood y sus obras»). Quizás por ello continúa asociado al Monopol Music Festival, a pesar de las más que legítimas dudas que se suscitaron el año pasado, al hilo de su programación, coste y sentido. Si bien desde el propio Festival este año se ofrece una cierta competencia en el apartado musical, pues ha programado -como novedad esta edición- sus propias citas musicales (las Monkey nights concerts) durante todas las noches del Festival. El grueso de las proyecciones -como viene ocurriendo los últimos años- tienen lugar en los Multicines Monopol, reservando de nuevo el alejado Museo Elder de la ciencia para la píldora de ciencia ficción del Este que supone el ciclo Estrella roja, y el Teatro Pérez Galdós para pases de la Oficial (y La noche más freak).

A la pérdida definitiva de secciones como Banda aparte o Déjà vu, se suma este año la caída en desgracia de los cursos que salpicaron las pasadas ediciones, pero sí que se mantiene la gran novedad del pasado año: el MECAS o “mercado internacional de corte final”, destinado a obtener apoyo a la post-producción y distribución de proyectos cinematográficos en desarrollo, donde la producción cinematográfica canaria en fase de desarrollo contará con una jornada específica, el 9 de abril.

Los focos cinéfilos, sin perjuicio de las sorpresas que ofrezca el buque insignia de la Sección oficial, este año marcadamente asiática, ignota y a sorprender (salvo los nombres de Guy Maddin y Petzold, a concurso, y Švankmajer o Monleón fuera de él), viene de la mano de Panorama, Revolución 68, Estrella Roja y Radu Jude 4½+4 -dedicado y programado por el director rumano, miembro del jurado-. Por cierto, el colombiano Luis Ospina, también jurado, presentará en un pase único su recorrido por el Grupo de Cali, Todo comenzó por el fin.

La cosecha de Panorama de este año nos premia no con una, sino con dos películas de Hong Sang-soo, The day after y Claire’s camera, así como reúne imprescindibles perlas festivaleras como Western, la magnífica incursión de Valeska Grisebach en los confines de la frontera Este de la Unión Europea, A fábrica de nada, una de las sorpresas del pasado Festival de Cannes, al igual que A ciambra, producida por Scorsese, donde Carpignano retoma los personajes que protagonizaron su anterior obra, Mediterranea; Visages, villages, la última excursión de la maravillosa Agnès Varda por la campiña francesa, incluida una infructuosa visita a su huraño ex amigo J.L. Godard. De la misma manera, resultan igualmente recomendables las últimas películas de Nobuhiro Suwa (Le lion est mort ce soir), Claude Lanzmann (Napalm), la película póstuma de Raúl Ruiz (La telenovela errante), estrenada en Locarno, y la ganadora del último Festival de Gijón, En attendant les barbares, de Eugène Green.

Niñato affiche

De Panorama España destacamos el largo Niñato (de Adrián Orr), ganador del último BAFICI, y el pase de los cortos Aliens, el retrato de Tesa Arranz realizado por Luis López Carrasco, y Los deseheredados, de Laura Ferrés, solitaria presencia española en el último Cannes. Igualmente, como apuntábamos más arriba, recomendamos el muy interesante y variopinto ciclo dedicado a las revoluciones del año 1968, con una recopilación de fantásticos títulos, donde destaca la pertinencia de las obras de Godard, Tout va bien o La chinoise, de quien por cierto Radu Jude recupera Vivre sa vie (así como las joyas Un verano inolvidable (del precursor del nuevo cine rumano L. Pintilie), Pays barbare, de  Gianikian y la recientemente fallecida Angela Ricci Lucchi y He nacido, pero, de Ozu). Pero también la sobresaliente e infravalorada Medium cool, retrato de los EEUU inmersos en la guerra de Vietnam, con los disturbios circundantes a la famosa Convención nacional demócrata de Chicago de 1968 de fondo, dirigida por el genial director de fotografía Haskell Wexler. Así como la posibilidad de visionar Las margaritas, película fundacional de la Nueva ola checa, dirigida por Vera Chytilova, Punishment park, del siempre sugestivo -y aún poco conocido- Peter Watkins, Porcile, considerada menor dentro de la filmografía de P.P. Pasolini, pero anticipo de su obra final Salò o le 120 giornate di Sodoma, o rescatar L’été, de Marcel Hanoun, el primero de sus cuatro films dedicados a las estaciones, Alondras en el alambre de Jirí Menzel (otro miembro clave del nuevo cine checo, como Forman, Němec o Jireš), Memorias del subdesarrollo, del cubano Tomás Gutiérrez Alea, o Eros y Masacre, la primera entrega de la trilogía sobre el radicalismo que realizó Yoshishige Yoshida.

La chinoise

Por último, en el espacio que recoge lo más selecto de la producción del cine reciente hecho en Canarias, Canarias cinema, predomina el documental entre los cuatro largos a concurso: Telúrico de Sergio Morales, Raíces de Mi hoa Lee, Las postales de Roberto de Dailo Barco y proveniente del Forum de Berlín El mar nos mira de lejos, de Manuel Muñoz Rivas. A los que se unen dos obras fuera de concurso: Bárbara Nadie, primer largo de Ayoze García (en torno al personaje de Barbara Stanwyck en Meet John Doe) y Apocalipsis Vodoo del incombustible Vasni Ramos. En el apartado de cortometrajes concurren catorce cortos, donde predomina el documental y la presencia de conocidos autores como Samuel M. Delgado y Helena Girón, Amaury Santana, Rafael Navarro, Macu Machín, Miguel G. Morales o Daniel León Lacave.


Palmarés del Festival Internacional de cine de Las Palmas 2017

8 abril 2018

Entrega premios 17º Festival ICLPGC

El Jurado de la edición 2017, integrado por Gabe Klinger, Joana Preiss, Cristián Jiménez, Rebeca de Pas y Elena Gozalo, decidió que la Lady Harimaguada de oro del Festival recayera sobre Bitter money (Wang Bing, China, 2017). El resto de premios quedó como sigue:

La Lady Harimaguada de plata fue para Kékszakállú, de Gaston Solnicki (Argentina), el premio a la Mejor Actriz recayó en Véronique Tshanda Beya, por Félicité (Alain Gomis, Argentina) y el premio al Mejor Actor en Adam Horovitz, por Golden Exits (Alex Ross Perry, EEUU). El Jurado decidió otorgar una Mención Especial a Charo Santos-Cocio (The woman who left). Finalmente, el Premio del Público recayó en Harmonium, de Kôji Fukada (Japón).

El jurado de cortometrajes, compuesto por Miguel Dias, Marion Berger y Jorge Tur, otorgó el Premio al Mejor Cortometraje a El becerro pintado, de David Pantaleón (España) y concedió una Mención Especial al Cortometraje Ears, Nose and Throat, de Jerome Everson (EEUU).

Por su parte, los integrantes del jurado del Canarias Cinema, antes Foro Canario, Javier H. Estrada, Marina Lanza y Joan Sala resolvieron conceder el Premio Richard Leacock al Mejor largometraje a The vanished dream, de director Juan S. Betancor (España, 2017), y el Premio Richard Leacock al Mejor Cortometraje a Montañas ardientes que vomitan fuego, de Samuel M. Delgado y Helena Girón.


Festival de cine de Las Palmas 2017. Sugerencias

31 marzo 2017

La 17ª edición del Festival Internacional de cine de Las Palmas de Gran Canaria comienza hoy (con polémica oportunista incluida, con motivo de su pertinaz cartel simiesco) y su programa ya está en la calle, al menos en internet, listo para socorrer al espectador devoto y desvalido.

Esta edición consolida la senda de la diversificación o, tal vez, de la dilución, con un cada vez mayor peso (es la sección más numerosa) del ‘festival hermano’ Monopol Music Festival que, además de los dos conciertos en la calle del último fin de semana, se trae a Julieta Venegas al Teatro Pérez Galdós, que este año acoge varias funciones de la Sección oficial y, tal vez, el evento más ajeno a tan señoriales butacas, nada menos que La noche más freak. Mientras, el grueso de las proyecciones tendrá lugar casi exclusivamente en los Multicines Monopol, enviando al frío y distante exilio del Museo Elder de la ciencia el ciclo No future, pues se prescinde de otras sedes, como el Palacete Rodríguez Quegles, que queda reducido a cuartel general y sede para cursos.

El Festival mantiene su modelo austero, de perfil bajo y cara amable, al gusto de los desorientados próceres municipales, que lo venden en su web como «un paquete extra de ocio difícilmente rechazaba (sic) para aquellos turistas siempre atraídos por el cine», mientras que hace un esfuerzo extra -invisible para la ciudadanía- al destinar parte de sus recursos y esfuerzos en introducir la gran novedad de esta edición: el MECAS o «mercado internacional de corte final», destinado a obtener apoyo a la post-producción y distribución de proyectos cinematográficos en desarrollo.

Pero como lo que se pone por un lado se quita por otro, las secciones más osadas y enérgicas del Festival, Banda aparte o Déjà vu, se diluyen y desaparecen en esta edición. No obstante, y a pesar de que el banderín de enganche para un público más amplio reside en la sección dedicada (veremos como funciona en el destierro santacatalino) por Jesús Palacios a la «nueva ciencia-ficción» (más una capitidisminuida Linterna mágica), los focos de especial interés para el cinéfilo, sin perjuicio de los hallazgos que depare la Sección oficial, se concentran en la oportunidad de adentrarse en la obra del director georgiano Otar Iosseliani, con el pesar de que -con la excepción de Il était une fois un merle chanteur (Iko shashvi mgalobeli, 1972)- se limita a su producción última; en disfrutar del espigueo festivalero que nos proporciona la sección Panorama, y en la sección Panorama España, que este año ofrece barra libre a algunos de los directores del último otro nuevo cine español: Isaki Lacuesta, Fernando Franco, Virginia García del Pino y Elías León Siminiani, (todos ellos protagonistas de unos encuentros el primer fin de semana) para que, junto a la sesión dedicada al cine expandido, nos conduzcan a un paseo por la producción nacional menos conocida y más aventurada.

La Sección oficial (que incluye en su apartado de cortometrajes la pieza de David Pantaleón El becerro pintado) este año nos ofrece trece títulos variopintos, entre los que destacan las obras ganadoras de grandes premios en festivales de primera línea, como El otro lado de la esperanza, del reconocido director finlandés Aki Kaurismaki, reciente ganador del Oso de plata en Berlín, The woman who left, de Lav Diaz, León de oro en Venecia, Felicité, dirigida por Alain Gomis, también Oso de plata en el último Festival de Berlín; los últimos proyectos de directores consagrados en los circuitos festivaleros, es el caso de Bitter money de Wang Bing, Cuatreros, de Albertina Carri o Golden exits, del norteamericano Alex Ross Perry, a quien hace un par de años tuvimos por aquí presentando su filmografía, pero también I am not your negro de Raoul Peck, nominada al Oscar en la categoría de mejor documental, que disecciona el problema racial en los EEUU a partir de la novela inacaba del escritor James Baldwin Remember this house, o Kékszakállú, la primera incursión en la ficción del argentino Gastón Solnicki. Y, por último, las obras de directores primerizos, como Wayne Roberts, Maud Alpi o Wang Xuebo.

Entre los frutos escogidos para componer la sección Panorama, este año estaremos pendientes de Yourself and yours, la última película de Hong Sang-soo, premiado en San Sebastián, y de seguirle la pista a las últimas piezas de directores con asidua presencia en el Festival, como Austerlitz, la indagación documental de Sergei Loznitsa sobre los campos de concentración asolados por el turismo de masas, Hermia & Helena, la última revisitación del legado shakesperiano realizada por el argentino Matías Piñeiro, Personal shopper, segunda colaboración de la actriz Kristen Stewart con el director Olivier Assayas, actriz que repite en Certain women, película de reparto coral dirigida por la norteamericana Kelly Reichardt; Inimi cicatrizate, nueva incursión de época realizada por Radu Jude, tras Aferim!, adaptación de la novela Corazones cicatrizados del escritor rumano Max Blecher y ambientada en las primeras décadas del Siglo XX. Más o menos la misma época en la que Bruno Dumont sitúa a los decadentes y degenerados personajes que habitan su farsa policiaco-burlesca Ma Loute, ganadora por cierto del último festival de Sevilla. También se exhibe Un minuto de gloria el segundo largometraje (tras la recomendable La lección (Urok, 2014)) de los búlgaros Kristina Grozeva y Petar Valchanov, con la que arrasaron en Gijón.

En cuanto a Panorama España, ya lo anunciábamos más arriba, las cuatro cartas blancas y la sesión de cine expandido probablemente nos deparen los momentos más contundentes de esta edición. Igualmente recomendamos visionar (¡en 35mm!) las películas que componen el ciclo Iosseliani y compañía que, amén de permitir acercarnos a la obra del propio Iosseliani, cuenta con dos tesoros, como son Yoyo, del muy olvidado Pierre Étaix y la oportunidad de revisitar Mi tío (Mon oncle, Jacques Tati, 1958).

Finalmente, pero no menos importante, en Canarias cinema, el espacio dedicado al cine que se hace en Canarias sin las cacareadas ventajas fiscales, reune doce cortos y cinco largometrajes de producción autóctona que se mueven entre el documental, Maresía, de Dani Millán, The vanished dream, de Juan S. Betancor, la comedia, Fogueo, de David Sainz y el cine indie de autor, Julie, de Alba González de Molina o formas híbridas, como La forma del mundo, de David Delgado San Ginés.


Festival de cine de Las Palmas (LPAFilmfestival) 2016 – Palmarés

30 marzo 2017

El Jurado de esta edición, presidido por Jane Weiner y compuesto por Inge de Leeuw, Kogonada, Rodríguez Merchán y Juan Barrero, decidió que la Lady Harimaguada de oro del Festival recayera sobre Kaili Blues (Bi Gan, China, 2015). El resto de premios quedó así:

La Lady Harimaguada de plata fue para Three stories of love (Ryosuke Hashiguchi, Japón), el premio a la Mejor Actriz recayó en Verónica Gerez, por Cómo funcionan casi todas las cosas (Fernando Salem, Argentina) y el premio al Mejor Actor en David Caracol, por Posto Avançado do Progresso (Hugo Vieira da Silva, Portugal, 2016). El Jurado decidió otorgar una Mención Especial a La familia chechena (Martín Solá, Argentina, 2015). Finalmente, el Premio del Público recayó en Aloys (Tobias Nölle, Suiza/Francia, 2016).

El jurado de cortometrajes, compuesto por Alberto Gracia, Elena López Riera y Jonay Armas, otorgó el Premio al Mejor Cortometraje a Yúyú (Marc Johnson, EEUU/Francia, 2015) y una Mención Especial al Cortometraje Figura (Katarzyna Gondek, Polonia/Bélgica, 2015).

Por su parte, los integrantes del jurado del Canarias Cinema, antes Foro Canario, Ana Pahissa, Luis Aller y Víctor Iriarte resolvieron el lunes ofrecer el Premio Richard Leacock al Mejor largometraje a Dead Slow Ahead, de Mauro Hercé (España, 2015), y el Premio Richard Leacock al Mejor Cortometraje a El imperio de la luz, de Macu Machín (España, 2016), asimismo, otorgaron una Mención Especial al Largometraje Evolution, de Lucile Hadzihalilovic (Francia/Bélgica/España, 2015) y al cortometraje Les poids des ailes, de Marine Discazeaux (España, 2015).


Festival de cine de Las Palmas (LPAFilmfestival) 2016. Sugerencias

3 marzo 2016

La 16ª edición del Festival Internacional de cine de Las Palmas de Gran Canaria, la primera del actual tripartito que gobierna el Consistorio municipal, y la primera bajo la completa responsabilidad de su director, Luis Miranda, ya está aquí.

Cartel Festival de cine Las Palmas de G.C. 2016

Después de los tanteos ensayados en la última edición, el Festival recoge velas y opta por jugar sus cartas de manera conservadora, pues si, por un lado, no abandona cierta «apertura» avanzada el año pasado, esta vez confiándola a la diversificación a través de la música, de la mano del Monopol Music Festival, con quien sale a la calle con dos conciertos, y al que se suma el de Michel Camilo en el Teatro Pérez Galdós, que por primera vez se incorpora como sede; por otro lado, recula, y concentra sus proyecciones en el feudo de los Multicines Monopol, prescinde del CICCA y el Teatro Guiniguada, reduce las proyecciones en el Palacete Rodríguez Quegles a lo anecdótico, propone un ciclo dedicado al neo-western periférico y retrasa el comienzo de la Sección oficial hasta el lunes para intentar que Canarias-cinema disponga de su momento de gloria o, simplemente, de mayor protagonismo.

En 2016 se mantiene el formato sobrio de las últimas ediciones, si bien se aprecia un limado de aristas, a la par que el propósito de apuntalar ganchos para el público general, como la mencionada retrospectiva dedicada al neo-western o La linterna mágica, la sección infantil matutina de fin de semana (en consorcio con el Festival Animayo), la gratuidad de las proyecciones en el Quegles, la vuelta a casa de La noche más freak, unas interesantes secciones paralelas, sobre todo Panorama, y la realización de varios cursos (entre los que destacan los de Gonzalo de Pedro, Luis Aller y Kogonada), mientras que abandona definitivamente la edición de libros y se renuncia a retrospectivas punzantes, más allá de misceláneas como Banda aparte o Déjà vu.

Arabian nights - Miguel Gomes

Entrando en materia, la Sección oficial (que este año incluye apartado de cortometrajes) cuenta de nuevo con una dispar dotación compuesta por doce largometrajes entre los que destacan las obras de los veteranos directores Jerzy Skolimowski, Otar Iosseliani o Johnnie To, frente a la nómina de los que ya han pasado previamente por el Festival (Hashiguchi Ryosuke, Zhao LiangHugo Vieira da Silva u Omar A. Razzak) o a los primerizos y desconocidos como Fernando Salem, Gan Bi o Tobias Nölle. En definitiva, desde aquí apostamos por el oficio de Office, 11 minut y Chant d’hiver, o arriesgamos entre el carbón y el acero con el documental Behemouth y la adaptación de Conrad Posto avançado do progresso, sobre el resto de propuestas.

La Sección paralela Panorama es la que nos permite acercarnos a algunas de las perlas recolectadas en la reciente cosecha festivalera, hasta el punto de que, si por nosostros fuera, las recomendaríamos todas, pero como así nos perderíamos otras joyitas, entonces escogemos al menos Cemetery of splendor, la última película del tailandés Apichatpong Weerasethakul, Afternoon, el documental de Tsai Ming-Liang que ilustra una conversación con Lee Kang-sheng, su actor fetiche, las dos películas portuguesas, la inabarcable As mil e uma noites, de Miguel Gomes, y Visita, ou Memórias e confissões, la obra póstuma de Manoel de Oliveira, así como The sky trembles and the earth is afraid and the two eyes are not brothers, el último ovni de Ben Rivers, que graba al director Oliver Laxe en el rodaje de su última película; Mountains may depart, otra cata en la historia china reciente de Jia Zhang-ke y Right now, wrong then, el último díptico de Hong Sang-soo. Y si dispusiéramos de tiempo y ánimos las de Aleksey German Jr, Cosmos, de A. Zulawski y Francofonia, de A. Sokurov.

En Panorama español nos decantamos por un trío de películas compuesto por La academia de las musas, de José Luis Guerin, O futebol, de Sergio Oksman y Carlos Muguiro y Transeúntes, de Luis Aller. En Déjà vu nos encontramos con algunas joyas cinematográficas, intemporales e imprescindibles, como Campanadas a medianoche (O. Welles, 1965), Rocco y sus hermanos (L. Visconti, 1960) o Historia del último crisantemo (K. Mizoguchi, 1939), pero desde aquí preferimos recomendar el visionado de la demoledora Jeanne Dielman, 23 quai du Commerce, 1080 Bruxelles (1975), una de las magnum opus de la recientemente fallecida Chantal Akerman, a quien recordamos como presidenta del jurado en 2008, y la posibilidad de disfrutar de su última película No home movie. En Banda aparte nos quedamos con los documentales Los Angeles plays itself, recopilatorio cinematográfico de la geografía de la ciudad norteamericana a cargo de Thom Andersen, y Hitchcock/Truffaut de Kent Jones, o la pieza Fuera de serie, de María Cañas.

Dead slow ahead - Mauro Herce cartel

Por último, dentro de Canarias cinema, la sección dedicada al cine que se hace en Canarias, reune varios largos de producción autóctona, entre los que destacan el documental de Mauro Herce, Premio del Jurado en Locarno, Dead Slow ahead y el film de Lucile Hadzihalilovic Evolution. Entre los cortometrajes seleccionados encontramos numerosos nombres conocidos de la escena cinematográfica archipelágica, como Miguel G. Morales, Víctor Moreno, Cayetana H. Cuyás, Amaury Santana, Macu Machín, Zac73dragon, David Pantaléon, Fernando Alcántara, Marine Discazeaux, Ayoze García o Christian Lage.


El agitador vórtex – Cristina Blanco (2014)

22 noviembre 2015

El agitador vórtex

La última pieza de Cristina Blanco, que recientemente pudimos disfrutar por estos lares, es una brillante muestra no solo de ingenio, puesta en escena y mezcla de géneros (musical, sci-fi o thriller), sino también de una obra híbrida entre el teatro y el cine, que, en el fondo, es un ejercicio de desvelamiento del aparato cinematográfico y de su naturaleza mistificadora.

A medio camino entre la performance, la pieza de teatro interactiva y el cine, en El agitador vórtex Cristina Blanco ejecuta de principio a fin, incluidos títulos de crédito al inicio y final, y ante los ojos atónitos del espectador, una disparatada película de ciencia ficción entre gritos y persecuciones que, cómica e inteligentemente, juegan con el dispositivo cinematográfico, el ilusionismo del cine y su corolario, la suspensión de la incredulidad, dinamitándola.

Más allá de la excusa argumental del supuesto film, que en sí no deja de ser disfrutable como un episódico pastiche fantástico, con voz en off, trufado de referencias pop (Titanic, Bruce Lee, Abramovic, Pablo VI, etc), donde hay espacio para los números musicales, la pelea de espadas, Godzillas y cliffhangers, el mayor interés de la pieza reside en la visualización simultánea de la película, que se exhibe en directo, en una pantalla, según se van elaborando y rodando las escenas, conjuntamente con la preparación y puesta en escena previa de cada una de esas escenas, que se desenvuelven y condensan en los micro sets preparados en el espacio escénico.

Foto de Antonio Machín Loyzance

Así, vemos a Cristina Blanco acomodar con prontitud cada escena, la cámara y las luces, el vestuario, etc, en un complejo, a la par que casero, one woman show, combinando una enorme cantidad de pequeños e ingeniosos recursos. Todo ello al modo cutre e ingenuo de las suecadas que llevaban a cabo los personajes de Michel Gondry en Be kind rewind, y en el que se incorpora espontáneamente cualquier azar o contratiempo que pueda surgir durante la representación.

A pesar de su aparente ligereza, la obra resulta muy sugestiva pues revela diferentes sustratos. Mientras, por un lado, desmitifica con su aparente liviandad la a veces complicada parafernalia de rodar un film, por otro, expone, como de pasada y a velocidad de vértigo, las interioridades, la tramoya, incluidos los tiempos muertos de un rodaje, así como también los clichés y los tópicos narrativos y dramáticos que suelen componer los film en general y los de género en especial.

Pero, sobre todo, el mayor acierto de la obra estriba en la anulación de la distancia entre lo real y la ficción, al dejar a la vista todo el artificio del proceso cinematográfico. Al presentar en paralelo tanto la preparación y la grabación de una película como su resultado en imágenes, con la retransmisión en directo en la pantalla, Cristina Blanco logra deconstruir el efecto ficción, lo desnuda, exteriorizando el dispositivo cinematográfico y cortocircuitando su efecto hipnótico. Con esta operación, realizada dentro de un contexto desenfadado y cómico, se pone en evidencia de manera sencilla la ilusa falsedad de la representación, los tentáculos de la identificación y los mecanismos de la inmersión del espectador en el dominio de la ficción.


La cita: Fritz Lang y la forma exacta de rodar

31 May 2015

Le mepris

Tuve muchas conversaciones con mis operadores y llegamos a la conclusión de que para cada escena hay solamente una forma exacta de rodar. Así que hubiera sido un experimento muy interesante -si alguien hubiese tenido el dinero- dar la misma película a Ford, a Lubitsch, a Hawks, a Lang, y así, para ver cómo los caracteres diferentes de cada director hubiesen afectado al mismo tema, a las mismas escenas. Probablemente cada versión hubiese sido completamente diferente. Creo que cada director, subconscientemente, impone su carácter, su forma de pensar, su forma de vida, su personalidad en sus películas.

Fritz Lang en América, Peter Bogdanovich, Ed. Fundamentos, 1991, p.85. Traductor Miguel Marías


Festival de cine de Las Palmas (LPAFilmfestival) 2015: epílogo

30 abril 2015

La creazione di significato PosterEl Festival Internacional de cine de Las Palmas de Gran Canaria echó el cierre de su primera edición post-Claudio Utrera, director desde su fundación, y la principal noticia fue que aumentó significativamente el número de espectadores, adquiriendo con ello un extra de legitimidad a ojos de la ciudadanía y, sobre todo, de los responsables políticos municipales que, por falta de ambición y del menor atisbo de planificación y política cultural, recelan de su viabilidad e interés. Aunque ni la pasada edición fue un fracaso ni tampoco ésta se puede considerar un éxito, lo cierto es que su reconciliación con el público capitalino (y con la sorpresa de haber incorporado, aplicando el principio de Dilbert, al más furibundo y obtuso crítico de la pasada edición) parece haber conseguido el suficiente sosiego para que, si nada se tuerce, se apueste por su continuidad.

Como todo acto cultural el Festival disfruta a priori de la condición de acontecimiento imprescindible y este año se propuso ganar la calle con un mayor despliegue publicitario, proyectando en nuevos espacios y programando actividades en ella pero, ya sea por el perfil del propio Festival o por una incorrecta transmisión o comunicación, sigue sin obtener la gracia ciudadana plena necesaria para enfrentarse sin temores con la congénita y general falta de curiosidad y atrevimiento cinematográfico del espectador medio, el desinterés de los políticos locales, dudosos de su rentabilidad político-electoral, y con el desencuentro absoluto de los medios de comunicación autóctonos.

Entrega placa distintiva FHPA al Festival de LPGC 2015

Esta edición, con un presupuesto mayor y la promoción del coordinador de programación a la dirección (garantizando así el curso editorial que, a la sombra de Gijón y Sevilla, permite distinguir al modesto LPAFilmfest dentro del panorama festivalero nacional), ha intentado transitar combinando la continuidad de su línea con la engorrosa y titánica tarea de involucrar a un mayor público en sus actividades para multiplicar su alcance y repercusión y, por ende, la rentabilidad, si no económica, sí al menos social, en un año electoral. Con este propósito en mente se ha conservado el formato reducido con un día menos de festival, de salas disponibles y de películas exhibidas, pero duplicando sus pases, se ha prescindido de retrospectivas, secciones paralelas y de la publicación de libros, pero se ha ampliado el número de sedes hasta alcanzar el otro extremo de la ciudad, se han impartido varios talleres y realizado proyecciones en espacios públicos. No obstante, como apuntábamos, el resultado es dudoso, se sigue percibiendo una desconexión con la ciudad que quizás se explique por la deserción general de las salas de cine o bien por causas más específicas, como la ausencia de información previa, de comunicación de la programación de forma que suscite el interés, de voluntarios que intermedien con un público potencial pero desinformado; y, cómo no, por la inefable labor de la crítica periodística local.

Mesa de críticos LPAFilmFestival 2015

El paradigma del desencuentro lo encontramos, por un lado, en el desolador acto de entrega de premios, erradamente celebrado lejos del territorio y del público festivalero, por otro, en el (exiguo) público asistente tanto a las cuasi-clandestinas sesiones relegadas al Palacio Quegles, donde se proyectó la parte ‘más dura’ de la programación, como a dos de los coloquios potencialmente más interesantes: la de los cineastas del Panorama España y la mesa de los críticos, que desgraciadamente fueron recibidas por un auditorio inexistente o, en el primer caso, endogámico, escenificando así tal vez la circularidad de los discursos de unos y otros y patentizando la razón de los lamentos de los propios creadores acerca de la falta de distribución y exhibición de sus películas.

Centrándonos en la oferta cinematográfica, este año el Festival presentó una heterogénea propuesta con algunos ganchos para embarcar a un público más mayoritario. Entre los catorce largometrajes a concurso en la Sección oficial destacaron, más allá de las propuestas destinadas al gran público, la paroxísitica acumulación de relatos de Guy Maddin en The Forbidden room y la mirada cercana y minimalista sobre los mitos griegos y cristianos que lleva a cabo Alain Cavalier en Le paradis, junto a ellos sobresalieron Songs from the north, la ópera prima de Soon-Mi Yoo, y la confirmación ofrecida por las últimas obras de Raúl Perrone y Joaquim Pinto. En una línea intermedia, más amable y acorde con la heterogénea composición del populoso jurado de esta edición (entre sus miembros estaba el famoso actor Javier Cámara) y las cuitas internas reveladas por Quintín en el coloquio de críticos, se encuentran las dos películas ganadoras, La creazione di significato, de Simone RapisardaThe postman’s white nights del veterano Andrei Konchalovski.

Maidan poster francés

Ante la ausencia de otras secciones o retrospectivas, más allá de la incompleta dedicada a Alex Ross Perry, el grueso del interés residía en la posibilidad de acceder a la selección de títulos recogidos dentro de la Sección Panorama, sobre todo por la oportunidad de ver la última obra de uno de los capos del panorama festivalero internacional Pedro Costa (Cavalo dinhero), pero también por acercarnos a La sapienza de Eugène Green, A pigeon sat on a branch reflecting on existence, del poco prolífico director sueco Roy Andersson, P’tit Quinquin, la magnífica miniserie dirigida por Bruno Dumont, o Maidan, el documental de Sergei Loznitsa, que refleja con cámara fija la masa protagonista de la revolución del Euromaidan en la famosa plaza de Kiev, y Eden, la película sobre la escena house francesa de la directora Mia Hansen Løve.

Los otros puntos candentes se centraron en la sección Banda aparte, de la que desgraciadamente -por lo ‘alejado’ de su sede y lo particular de sus horarios-, solo pudimos tomar breves apuntes, menos de los que hubiéramos deseado, asisitiendo a las últimas piezas de Mark Rappaport, Mark Cousins y otra vez Raúl Perrone. Lo mismo nos pasó con la sección dedicada al nuevo y marginal cine español, donde nos asomamos al documental sobre un crepuscular Basilio Martín Patino realizado por Virginia del Pino, y a las distopías Sueñan los androides, de Ion de Sosa y Crumbs, de Miguel Llansó, ésta proyectada dentro de la Sección oficial.

Amaury Santana presenta Con cuatro cuerdas

Finalmente, pero no por ello menos importante a pesar de su destierro al Teatro Guiniguada, en el LPAFilmCanarias, la sección donde se agrupan algunas de las obras más sobresalientes del cine hecho en Canarias, donde descollaron los documentales, entre ellos Con cuatro cuerdas, el ganador realizado por el ya vencedor en la edición de 2013 Amaury Santana, Estación Andamana, de Sergio Morales, y Marina de Haliam Pérez, amén del estreno en el largometraje de Rafael Navarro.

El Festival clausura su décimoquinta edición y se acerca a la edad de la emancipación sin resolver los problemas que lo acosan prácticamente desde sus comienzos, fundamentalmente la precariedad y el consecuente grado de improvisación ocasionados por la falta de un compromiso institucional firme. La indeterminación anual de sus partidas económicas agudiza la fragilidad de su existencia y dinamita cualquier posibilidad de armar un plan organizativo y cinematográfico con perspectiva de futuro, de forma que inevitablemente pierde comba con respecto a sus directos y más poderosos ‘rivales’ en el panorama nacional: Sevilla y Gijón. Con lo cual, acosado desde fuera por sus competidores naturales, mejor tratados y provistos, y desde dentro por la desconfianza institucional, cada vez resulta más complicado que se repitan descubrimientos de cineastas como Jia Zhang-ke o Apichatpong Weerasethakul o asistir a retrospectivas como la que en su momento se le dedicó a Chris Marker. No obstante, el LPAFilmfest sigue cumpliendo su cometido esencial de ser la cita cinéfila anual por excelencia en estas islas de otra forma abandonadas al arbitrio de la distribución comercial y en la medida de sus posibilidades de luchar por su espacio e identidad propia dentro del universo cinéfilo-festivalero nacional.


Festival de cine de Las Palmas (LPAFilmfestival) 2015 – Palmarés

22 marzo 2015

Jurado internacional LPAFilm festival 2015

El Jurado de esta edición, presidido por Quintín, que no compareció a la lectura del fallo, ni tampoco a la entrega de premios, y compuesto en esta ocasión por seis miembros (frente a la pasada, que fueron cuatro): Elsa López, Lois Patiño, Ivana Novotna, Javier Cámara y Cosmina Stratam, decidió que la Lady Harimaguada de oro de este año recayera en la coproducción italo-canadiense La creazione di significato, de Simone Rapisarda.

La Lady Harimaguada de plata fue para The postman’s white nights, del veterano Andrei Konchalovsky.

El premio a la Mejor Actriz a Vanina Montes, por su interpretación en Mar, de Dominga Sotomayor (Chile/Argentina, 2014).

El premio al Mejor Actor fue para Huang Xuang, por su papel protagonista en Blind massage, de Lou Ye (China/Francia, 2014).

El jurado otorgó una Mención Especial para The forbidden room, de Guy Maddin y Evan Johnson (Canadá, 2015).

El Premio del Público, que decide el Jurado popular, fue para el film Theeb, de Naji Abu Notar.

Los integrantes del jurado del LPAFilm Canarias, antes Foro Canario,  Esteban Bernetas, Marta Simón y Ruth Vega resolvieron el viernes ofrecer el Premio Richard Leacock al Mejor largometraje al documental Con cuatro cuerdas, de Amaury Santana, que con éste recibe su segundo premio; y el premio al mejor cortometraje a Sacristán, de Octavio Guerra y Violeta Blasco.


Festival de cine de Las Palmas (LPAFilmfestival) 2015. Sugerencias día VIII

21 marzo 2015

El Festival llega a su fin y esta mañana tuvimos la oportunidad de disfrutar, junto a varias obras de Miyazaki, de la película ganadora del Lady Harimaguada de oro que, casualmente u oportunamente, estaba programada para los rezagados que descuidamos su primer pase, el documental de La creazione di significato, de Simone Rapisarda, de quien hace dos años pudimos ver su primera película, El árbol de las fresas en Ibértigo.

En la primera sesión de la tarde conviven los dos últimos films de dos directoras, Mar de Dominga Sotomayor y Futatsume no Mado (Still the water), de Naomi Kawase.

A las 20h tenemos otras competidoras de la Sección oficial, el pase de Ragazzi, la última ensoñación a ritmo de electro-cumbia, esta vez bajo el signo o la influencia de Pier Paolo Pasolini, de Raúl Perrone, y Tui Na (Blind massage), del chino Lou Ye.

Y se despiden las proyecciones hasta la próxima edición con otros dos films de la sección oficial, el drama indio, Asha Jaoar Majhe (Labour of love), de Aditya Vikram Sengupta, y la ganadora del Lady Harimaguada de plata, The postman’s white nights (Belye Nochi Pochtalona Alekseya Tryapitsyna), de Andrei Konchalovski.